Autor | WEGELIUS,JAKOB |
Editorial | SUSHI BOOKS |
EAN | 9788415920960 |
Colección | 0 |
Encuadernación | Cartoné |
Páginas | 112 |
La leyenda de Sally Jones nos cuenta la historia de una hembra de gorila nacida en mala hora, una noche sin luna ni estrellas, y condenada, por ello, a vivir una vida de grandes trabajos y desventuras. Y éstas no tardan en presentarse, en forma de cazadores furtivos belgas que la capturan y la venden a un comerciante de marfil turco, que se la quiere regalar a su caprichosa esposa. Comienza así una vida de aventuras, intrigas, soledad, violencia, lucha, nobleza y amistad eterna, recorriendo el mundo en cargueros, camiones, carromatos y caravanas circenses, y rodeada de la más alta y baja estofa de la sociedad. Por estas páginas de fascinantes ilustraciones pasan marineros, magos, condesas, contrabandistas y exploradores, que nos llevan del Congo a Borneo, pasando por Estambul, Hungría, Macedonia, París, Singapur, San Francisco, La Habana o Shanghai. La inventiva de Jakob Wegelius, escritor y extraordinario (por si no había quedado claro) ilustrador no tiene límites ni da respiro al lector. La historia tiene tanta frescura que uno tiene la impresión de que el autor la está imaginando al tiempo que nos la cuenta, como hacemos cuando nuestros hijos nos piden que nos inventemos un cuento. Pero claro, si bien todos los padres somos capaces lanzar tantos cabos, ¡y más!, al mar, no todos sabemos luego recogerlos y hacer con ellos un soberbio nudo marinero. Si no recuerdo mal, contaba García Márquez que nunca conoció a nadie que fuera tan buena contadora de historias como su abuela. Cada detalle, cada personaje que aparecía en aquellos cuentos lo hacía por un motivo, y se equivocaba el pequeño Gabrielito si pensaba que su abuela se había olvidado del destino de este o aquel personaje, o que lo había introducido a tontas y a locas. A medida que la historia se encaminaba a su fin, todos y cada uno de aquellos personajes reaparecían y cumplían su, pequeño o no, pero siempre decisivo papel. Así escribe Jakob Wegelius, un autor que, a los mayores, nos hace recordar el placer de la aventura, de la fantasía, de conocer y odiar a los malos malísimos, y de sufrir y llorar con los buenos buenísimos, que un buen día se cansan de recibir patadas y que, en el momento en que la banda sonora empieza a ponerse épica, agarran la mano que se disponía a azotarles con el látigo. Se nos pone la piel de gallina y aplaudimos entusiasmados. Y si Sally Jones consigue hacer eso con los lectores adultos, qué os voy a decir de los niños.